Toda una vida
Cuando tengo que hablar de ti, cualquier palabra, por tierna que sea, se me antoja insuficiente para expresar todo lo que siento por ti y la manera en la que has cambiado por completo mi vida: desde que llegaste, como si de un auténtico huracán se tratase, me has demostrado de que material están hechos los sueños, pero sobretodo, lo mejor de estos, donde compartir es la mayor de las recompensas que podemos obtener.
Una pequeña casualidad hizo que llegaras a mi vida, sin embargo, desde entonces, me has demostrado que el destino sabía lo que hacía cuando te puso de mi lado. No dudé ni tan solo un segundo en entregarte mi corazón: la bondad que desprendía tu mirada limpia y azul me dijo que eras el hombre que llevaba esperando durante tanto tiempo, y que nuestro destino era ser felices juntos durante el resto de los días de nuestra vida.
Cada pequeño detalle que compartimos, por insignificante que sea, se convierte automáticamente en algo especial, un símbolo de que nuestro amor es algo puro, algo verdadero que durará toda la eternidad, por que no hay más que cerrar los ojos y tomar tu mano para experimentar la gran energía que fluye a través de nuestros cuerpos.
Esta es mi manera de darte las gracias por llevar tanto tiempo a mi lado, ¡casi toda una vida!, ahora sé mejor que nunca lo que has significado para mi, pues si no estuvieras a mi lado mi vida no sería la misma.
De todo corazón: muchas gracias, y prométeme que jamás cambiarás, por que si no mi corazón tendría que cambiar contigo pues siempre estará allá donde tu estés..
Te quiero mucho y te debo demasiado, tanto, que en ocasiones hasta yo misma me sorprendo por todo lo que me has dado sin apenas pedir algo a cambio.
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