Igual que la lluvia es fría en la época de la primavera,
de todas las mujeres de mi vida, tú serás siempre la primera.
La primera que mi corazón a fuego me enseño a entregar,
por que de otra manera no intensa, no vale la pena el amor experimentar.
Tomé tu mano sin pensar, sin mirar, y ahora sé que por siempre te voy a amar.
Un simple amor de verano que arde en llamas, que jamás se van a apagar.
Dulce niña de mirada tierna y azul, ¿prometes que jamás me abandonarás?.
¿Aceptarás este bello anillo, y para siempre a mi lado estarás?.
Dulce gracia divina que te condujo aquí a mi lado,
¡no podría estar de nadie nunca más enamorado!,
todo tu amor incondicional bajo el sol me has demostrado,
y ahora quiero entregarte todo, y lo haré bien relajado.