Nuestra despedida

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Con el grave sonido de una trompeta, te oigo marcharte esta madrugada,

y se que nada volverá a ser ya lo mismo. Sola me quedaré, completamente helada.

Por que mi alma es como una novela que no ha sido leída: sera para siempre olvidada,

y con el tintineo triste de las campanas, bailaré muy lento, una desgarradora balada.

Tu te has marchado sin mirar atrás, me has roto el corazón y lo has echado al mar,

como voy a poder de esta manera, tu nombre, tus besos, tus abrazos poder llegar a olvidar,

por que como de un mal sueño del que jamás seré capaz de poder despertar,

tu sombra me perseguirá: vaya donde vaya, sin remedio y sin perdón,

por que como una estaca muy fina, te llevo clavado en lo más profundo de mi corazón.

Un veneno que me corroe por dentro y lleva tu aroma, una historia repleta de maldición.

 

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