Hay amores que dejan una gran marca en lo más profundo de nuestra alma, que aunque nos rompan el corazón, dejan una cicatriz imposible de eliminar que nos recuerda que a lo largo de nuestro pasado pudimos ser felices de verdad, con un amor que nos daba la vida.
Hoy quiero abrir mi corazón y olvidar el miedo, por que pese al dolor, pese a las lágrimas, y los malos momentos que he vivido, no me arrepiento de haberme enamorado como si fuera un niño, entregando por completo mi corazón.
De todo se aprende, y con esta relación, he aprendido el valor de algo verdadero.