Mi gran amor
Mi gran y único amor,
No sé cómo comenzar esta carta que te quiero enviar, pues creo que entre nosotros hay un gran muro y que se llama orgullo. Hace un poco tiempo tú me hiciste daño y yo te lo hice a ti, pero no hay manera de llegar a un entendimiento, pues ninguno de los dos ha llegado al punto de echarse tanto de menos como para claudicar. Pues bien, hoy me ha llegado a mí ese momento y espero que, cuando leas esta misiva, a ti también te llegue, y te des cuenta de lo tonto que es regirse por el orgullo y no por el amor verdadero, que es lo que tu y yo hemos tenido durante este tiempo.
No te pido que vengas corriendo, de rodillas y que supliques, ni mucho menos. Solo te pido comprensión, que hablemos con mucho más amor del que hemos estado hablando durante estos días y que me quieras de nuevo como antes. Creo que si algo nos ha faltado a ti y a mí ha sido diálogo. Así que te tiendo esta carta como una mano alzada que para que la tomes y te des cuenta de que nuestra vida es mucho mejor si estamos juntos y si no nos volvemos locos pensando en lo que hicimos ayer, en el daño que nos hemos causado y en lo mucho que nos cuesta perdonar.
De hecho, esa es la palabra concreta que debemos aprender a decir: perdonar. yo te perdono, pues eres mi único amor, la única persona con la quiero estar en cada momento. ¿Puedes perdonarme tú a mí? Seguro que sí, solo debes encontrar ese lugar en el alma que te da la seguridad de saber que nunca estarás mejor que conmigo. Escríbeme, devuélveme mis letra o ven y dame un beso.
Juntos estamos mejor.
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