Como si jamás pudiera despertar de la más terrible pesadilla,
siento caer muy fría la lluvia en mis pobres mejillas.
Ahora sé que la soledad será mi única y verdadera compañera,
esa que sin fallar, estará a mi lado por toda la vida entera.
Me diste todo, me entregaste lo más grande: tu corazón,
y ahora desapareces, te vas, sin ni siquiera una razón.
Deambulo por las calles busco el amparo de lo desconocido,
no quiero pensar ni n solo segundo más en todo lo que he perdido,
a cada paso tu fantasma me persigue como la peor maldición,
que clava los más afilados puñales dentro de mi corazón.
Te lloraré mil noche y mas de mil días,
por que fuiste el motivo más importante para mis alegrías,
¿Ahora?, no sé que pasará, intentaré ser fuerte,
y olvidar a aquella mujer que casi me trae la muerte.