Fragmentos de una vida
Esta carta no está dedicada a una sola persona, pues quiero que la lean y la disfruten todas aquellas personas que a lo largo de mis años de vida han estado a mi lado y me han demostrado que aprecian mi persona y les importo, por que ellos son los que hacen mi vida especial y única, tanto, que me siento sin dudar la persona más afortunada del mundo.
Mi historia comienza con una familia digna de una historia de cuento, para mi, la mejor familia del mundo, a veces imagino criándome junto a otras personas y simplemente llego a pensar que eso no sería posible, pues todas las personas de mi familia han ayudado a forjar mi personalidad y a ser la persona que soy, por eso los quiero y aprecio tanto.
Al lado de mi familia pasé los primeros años de mi vida, ellos me dieron todo lo que necesitaba sin pedir nada a cambio, y yo les colmé de amor y cariño por ello. Para hablar de mi madre, simplemente no tengo palabras, pues ella sabe lo importante que es para mi, ya que ella me ha dado el regalo más grande del mundo: mi vida, y jamás podría hacer nada para agradecérselo.
Mis hermanos, tan diferentes entre ellos, fueron mis mejores compañeros de juegos, hasta que crecí, y descubrí la amistad en la escuela: una amistad que tengo que decir que a día de hoy sigue vigente y más unida que nunca, pues los amigos de verdad son aquellos que duran toda una vida.
Junto a mi grupo de amigos he aprendido muchas cosas y he superado muchos problemas, pues en ocasiones ellos han sido mi mejor apoyo, algo que no seria capaz de cambiar por nada, ni por todo el dinero del mundo.
Con estas palabras quiero daros las gracias a todos por estar ahí, mi vida no sería igual sin vosotros.
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