Sin miedo a nada
Hoy no tengo miedo a nada, así que te escribo esta carta a ti:
Desde hace tiempo tengo muchas ganas de decirte algo, pero mi miedo a vivir, a no ser yo, no me deja avanzar. He pasado tantas noches pensando en cómo podría pasar esto, cómo podría ser yo más fuerte y lo he conseguido de una manera tan fantástica, que no sé casi ni cómo ha pasado. Lo cierto es que ha sido sin querer, con un salto de fe al saber que no puedo perder nada.
He ido pasito a pasito, primero con algo pequeño, luego con cosas un poco más grandes y ahora tú. Sí, tú. Sé que siempre me has visto como una buena amiga, como una chica que pasa por tu lado, que te sonríe y que no te dice mucho más. He visto como has pasado a estar con otras chicas, como has sufrido con ellas, como nunca te parabas a mirarme, solo a sonreírme de vez en cuando, sin más.
Pero ya estoy cansada de eso, necesito que sepas lo que siento y que tomes una decisión, pues yo he tenido que tomar ya la mía, ser valiente y dar contigo. Así que, mi buen amigo, deja de ser eso para ser mi pareja, mi amor, la persona que pase conmigo el tiempo. ¿No te gustaría? Piénsalo, tú y yo, juntos y con mucha alegría, somos perfectos el uno para el otro, somos realmente increíbles unidos. Nos reímos, nos compenetramos y sin lugar a dudas seríamos perfectos.
Así que, esta es mi propuesta: tienes tres días, tres días para venir a mí y decirme que sí. Cuando pasen, mi oferta desaparecerá también. Sé que has estado pensando en eso, pero no te convencía mi timidez, eso ya no existe, solo estamos tú y yo.
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