Carta de una madre a su hija
Querida hija, hoy estoy aquí no para sacarte las castañas del fuego, sino para decirte lo binita e importante que eres para mi. Cambié toda mi vida, mi tiempo y mi forma particular de pensar por ti. Hoy yo doy mi vida por ti, mi alma y todas mis energís para sacarte adelante y enseñarte a vivir en condiciones.
Porque le pido a la vida que te permita vivir muchos años a mi lado, para acompañarte tanto en lo amargo como en lo dulce, para compartir todo tipo de momentos contigo. Porque no puedo vivir tu vida pero sí puedo estar a tu lado en ella, aconsejándote y amándote.
Espero poder darte esas grandes alas que quiero darte para que vueles más y más alto que yo, porque no quiero que seas como yo, quiero que seas mucho más…
Porque quiero que vivas una vida plena, que seas feliz, que te des cuenta de que lo que realmente importa son los detalles de la gente y los que están ahí cuando tienes lágrimas o cuando estás brindando por la celebración de algo importante. La vida es eso, estar en lo bueno y en lo mal. Eres mi hija y no podría estar más orgullosa de ello.
Eres el motivo de mis lágrimas el motivo de mis sueños y el aire que respiro. Todo puede pasar en esta vida pero lo que nunca pasará es que mi amor por ti muera. Porque el amor de una madre lo es todo y me siento orgullosa de ver cada paso que das, desde los más mínimos hasta los más grandes.
Soy tu madre y eso nunca cambiará. Me gusta verte fracasar y levantarte, me encanta verte volar de felicidad con tus amigas, con tus parejas o con tus éxitos de estudios o laborales. Eres genial en lo social y estupenda en lo personal. Sabes perdonar, sabes vivir y sabes ser tú, ser real y no tener que engañar o pretender. Me haces muy feliz y quería escribirte una carta, porque de vez en cuando las madres también tenemos que felicitar a los hijos por ser como son. Espero que te guste esta carta, te quiero.
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