El crepúsculo recuerda

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Cuando hay plena luz de día soy casi feliz.
Trabajo con esmero sin pensar en nada más,
me olvido del infierno que rodea mi corazón herido.
Pero el crepúsculo nunca olvida un amorío.

Amorío para ti, cielo fatuo para mi,
que sabía que muy pronto no sería suficiente
para ese corazón demasiado ardiente
que no duda en arrasar los corazones
de los que caen en su hechizo permanente.

Adiós, dije un día. Adiós, dijo para siempre.
Mi adiós era mentira y el suyo una despedida.
Y puedo aguantar a plena luz, el sol arriba,
pero el crepúsculo me dice: ¡recuerda!
Y recuerdo a la que una vez fue mía.

Su aroma, su pelo, sus labios, sus formas.
El crepúsculo no ha olvidado nada
y muestra todas esas imágenes en mi mente.
Puede que no aguante una noche más
y solo espero que otra vez la luz del alba
salve al que quizá un día explote, demente.

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