El calor de tus manos
Cada mañana helada que me levanto y te añoro,
sé que tus besos son más valiosos que todo el oro,
tu amor, el mayor bien que jamás podré llegar a comprar,
mi mayor fortuna, la suerte de que para siempre me vayas a amar.
Una mujer como tú, es digna de hacer hasta más de mil años esperar,
por que toda la eternidad, juntos, debemos pasar.
Hoy hace frío y te has marchado por la mañana, y aunque volverás,
la separación hace en mi estrías que se convierten en lágrimas.
Quizás exagero demasiado, pero ¿qué hacer, si añoro el calor de tus manos?
tu sonrisa junto a mi y la bendición de poder estremecerme con tu perfume,
dulce, único, y que espero que más de cien años dure.
En mi recuerdo y no importa cuanto tiempo llegue a pasar,
para siempre, mi amor, te voy a recordar.
Entradas relacionadas