Se acabaron las impertinencias, se acabaron esas risas a mis espaldas, esos juegos insoportables de meterse el uno con el otro. Esas ganas innatas de hacer daño…porque parece que vaya en tu naturaleza. No soporto más tener que estar así y aguantar que alguien tome este pequeño y delicado corazón para hacer trizas con él y encima disfrutarlo. Si yo te he dado mi corazón es porque confiaba en ti, porque creo que las personas son de buena naturaleza y porque me interesabas, porque eras genial. Algo ha cambiado y he visto tu verdadero “yo”. Una forma de ser que detesto, que de verdad es que no puedo ni mirar a la cara. No juegues conmigo, no juegues con mi corazón.
Y no hablo ya de soportarlo o no, hablo de que no juegues conmigo o lo lamentarás, y no a modo de amenaza, sino a modo de karma y de cómo te sentirás en un futuro. La gente está para quererse, para respetarse y para no hacerse daño. Que jueguen conmigo de alguna manera superficial pues lo puedo dejar pasar… pero que jueguen con mi corazón, con mis sentimientos, con mi amor… eso nunca. Espero que este texto te ayude a reflexionar y a cambiar esa forma tan ruda de ser, porque ni tú eres así ni yo me merezco ese dolor. Te mando a pesar de todo, un fuerte abrazo, porque seré de todo pero rencoroso, cero.